El Borrador de Historias: Manipulación de Memoria en un Futuro Cyberpunk
EL_BORRADOR_DE_HISTORIAS
PRÓLOGO
Me llamo Eliot. O al menos, eso decía mi tarjeta hace un mes.
Trabajo en una empresa que no existe en los mapas, en una torre sin ventanas. Mi empleo es sencillo: borrar recuerdos ajenos. No con láseres ni drogas. Con algo más antiguo y más íntimo: presencia. Me conecto a sus mentes a través del sueño inducido. Entro. Busco. Y arranco el recuerdo como si quitara una astilla del alma.
La gente paga mucho por olvidar.
Y yo cobro caro.
Pero cada vez que borro un recuerdo… una parte se queda en mí.
CARGA FANTASMA
Hay reglas en este oficio.
No explores demasiado.
No sientas.
No recuerdes lo que no es tuyo.
Pero la mente humana es caprichosa. Una vez dentro, todo se distorsiona. Una mujer me pidió olvidar a su hijo muerto. Entré. Vi al niño jugando con aviones de papel. Me miró. Me llamó "papá".
Cuando desperté, lloraba.
DESAPARICIÓN LENTA
Cada vez que borro a alguien más, pierdo una pieza propia.
Olvidé cómo huele el café que me gustaba.
Olvidé el nombre de mi primer amor.
Un día, olvidé dónde vivía.
La empresa me dio una habitación cerca del laboratorio.
Me dijeron: "Esto pasa a veces. Es normal. Sigue trabajando".
LA NIÑA
Una noche me desperté gritando un nombre: Lía.
No conocía a ninguna Lía.
O eso creía.
La noche siguiente soñé con una niña de trenzas negras y risa de campanas. Me abrazaba. Me decía que me extrañaba. Me pedía que no me olvidara de ella.
Desperté con una palabra en la boca: "Papá".
¿SUEÑO O ROBO?
Fui al archivo cerebral de la empresa, donde guardamos residuos de recuerdos borrados. Nadie accede ahí. Pero yo tenía privilegios. Busqué: "Lía". Cientos de entradas. Miles.
Y en el fondo de una carpeta sin autor, encontré una historia completa.
La historia de una niña que iba a nacer.
Que fue esperada.
Que fue amada.
Y que… nunca existió.
EL ARCHIVO PROHIBIDO
Entré en la bóveda sellada, donde se guardan los recuerdos eliminados de los empleados. Lo llaman El Mar de la Niebla. Solo se accede conectando tu mente directamente.
Era arriesgado. Podía perderme allí.
Pero yo ya me estaba perdiendo igual.
Dentro encontré fragmentos de una vida paralela.
No de clientes. Mía.
RECONSTRUCCIÓN
Un parque. Una niña. Su voz llamándome.
Un hospital. El parto. El llanto.
El silencio.
Un funeral sin cuerpo.
Y una decisión: borrar todo para seguir funcionando.
Yo había pagado por olvidar.
LA ÚLTIMA BORRADA
La empresa sabía. Lo permitieron. Me convirtieron en máquina.
No para ayudar. Para experimentar.
Cada borrado me hacía más útil. Menos humano.
Hasta convertirme en el borrador perfecto.
Un hombre vacío que nunca decía no.
DESPERTAR
Me conecté una última vez. No para borrar.
Sino para recuperar.
Encontré cada fragmento disperso de ella.
Las reconstruí.
Su voz. Sus dibujos. Su risa.
Su existencia, hecha pedazos… volvió a mí.
EPÍLOGO: CUADERNO AZUL
Desperté sangrando por la nariz.
Temblando.
Con fiebre.
Pero con ella… sentada a mi lado.
O al menos, eso creí.
"Papá", me dijo.
Y desapareció como niebla al sol.
FINAL
Nadie recuerda mi nombre en la empresa.
Quizá yo tampoco.
Pero a veces, al cerrar los ojos, escucho una voz que me llama desde la niebla.
Y cada vez que alguien me pide que le borre un recuerdo, les hago una pregunta:
—¿Estás seguro de querer olvidarlo todo?
¿Y si… hay algo hermoso escondido entre el dolor?
Nadie responde bien a eso.
Pero yo sé la respuesta.