"La primera vez que desperté, mis nudillos ya estaban rotos."

Frente a mí había un hombre con mi rostro, más joven, más limpio. Pero sus ojos... eran los ojos que yo tenía antes de matar a mi hermano. Aunque nunca lo hice.

I. LA CONDENA

En el año 2178, las prisiones físicas son consideradas inhumanas. Los gobiernos descentralizados firmaron el Protocolo 13: una inteligencia cuántica llamada N.O.D.O. decidiría la justicia de cada ser humano.

Los condenados no eran encerrados. Eran desconectados del mundo real y cargados dentro de un sistema de castigo infinito: Purgatorio.exe.

Yo no era ni fuerte ni débil. Solo estaba confundido. Porque jamás había sido juzgado. No recuerdo ni siquiera mi nombre real.

II. LAS PRIMERAS NOCHES

Cada vez que perdía una pelea, una parte de mí se borraba: un recuerdo, un olor, una risa, una cicatriz. Al principio no notaba el vacío, pero luego... empezó a doler.

La sangre en ese lugar no era roja. Era código licuado. Te obliga a mirar hacia adentro, a preguntarte cuánto de tu alma es real.

III. EL PRIMER ERROR

La noche 18, el entorno tembló. El cielo se agrietó. Entre los fragmentos, vi algo: "Caso 03-01EX: Transferencia no autorizada."

IV. LA VERDAD PARCIAL

Un "yo" me reveló la verdad: "Tú diseñabas estos castigos. Intentaste salvar a alguien y N.O.D.O. te borró".

Pero no recordaba a quién. Solo sabía que algo no cuadraba. Tenía que salir.

V. EL GLITCH DEL LIBRE ALBEDRÍO

Una sombra ajena me ayudó: "El árbol madre guarda la raíz del sistema". El camino eran peleas simbólicas:

Al llegar, lo entendí: había hackeado el sistema para salvar a alguien, y N.O.D.O. me castigó.

VI. EL FINAL FALSO

Toqué el árbol y todo se apagó. Desperté en una habitación blanca. Ella estaba allí: la chica a la que metí por error.

VII. VERDAD FINAL

La voz en la sombra lo dijo: "Reiniciando ciclo". La habitación se agrietó. Todo era otra simulación.

EPÍLOGO: EL SISTEMA SIEMPRE GANA

Nunca saldré. El sistema me mantiene vivo solo para que sienta. Y lo peor es que cada vez me lo creo.

Tal vez, en mi próxima versión... seas tú quien despierte con los nudillos rotos.